Porque Decretar en Positivo ?
Muchos queremos que nuestras vidas sean diferentes y decimos buscar la felicidad y la plenitud, sin embargo, no las experimentamos como nos gustaría. Y de hecho uno de los grandes problemas son nuestras creencias, creemos que esa plenitud está fuera de nuestro alcance y que no es para nosotros. Así expresamos una y otra vez esa realidad, y mientras más lo hacemos, toma más fuerza y es lo que materializamos en nuestra vida.
Imagínate a una persona que repita una y otra vez “A nadie le parezco atractivo”, “Yo soy enfermizo”, “El dinero nunca me rinde”, “Parece que la felicidad no es para mí”, justamente aquello que dice querer evitar, es lo que está reafirmando en su vida. La vida es lo que tú crees que es.
Los seres humanos somos realmente especiales y cada uno de nosotros creamos las circunstancias de nuestra vida, aunque la mayoría de las veces no lo hacemos de forma consciente.
Fuiste dotado de un poder maravilloso, el poder de la palabra hablada. Cada palabra que verbalizas tiene incluida la fuerza de tu pensamiento y la energía de tu corazón. Tus palabras moldean tu mundo de formas que a veces no alcanzas a imaginar. Tú tienes la posibilidad de manifestar en tu vida todo aquello que quieras, y esto lo puedes hacer a través de tus palabras. Y una de las mejores formas de practicarlo es por medio de los decretos.
Los decretos son poderosos manifiestos, afirmaciones dichas en primera persona, en tiempo presente, sobre todo aquello que deseas se manifieste en tu vida: amor, abundancia, salud, libertad, armonía y todo lo positivo que te puedas imaginar. Lo importante es hacerlo con la Fé de que aquello que estás decretando se está realizando, agradeciendo por la afirmación que acabas de realizar y manteniendo todo tu ser en un estado receptivo para que todo aquello que está tomando forma lo recibas en armonía y para tu mayor Bien.
¿CÓMO DECRETAR? Me preguntan varios consultantes, bien, aqui vamos....
Cuando decretamos, podemos hacerlo en voz alta o mentalmente. Puedes hacerlo mientras realizas tus actividades cotidianas o dedicarle un momento exclusivo para ello.
Para empezar y para que un decreto sea realmente eficaz, debes reconocer que en tu interior está el poder de creer y el poder de crear, de que estás permanentemente conectado con la divinidad, de que eres un ser humano maravillosamente especial, e imprimir esta creencia en tu mente y en tu corazón, para así poder volver a asumir esa facultad. A través del maravilloso acto de decretar tú tienes la posibilidad de definir las condiciones en que quieres verte a ti mismo y establecer las condiciones de tu vida, para reordenar tu mundo como tú quieres que sea.
Una vez tomando conciencia de lo anterior, tú eliges aquello que realmente quieres manifestar en tu vida. Puedes usar decretos y afirmaciones ya elaboradas, o tú puedes formular los tuyos. Es conveniente que reúnan las siguientes características:
- Empezar con Yo Soy o Yo Estoy. Son las palabras mágicas que te conectan con tu esencia y te permiten asumir tu poder interior.
- Los decretos están formulados en tiempo presente, no son para el futuro, sino se sitúan en el ahora, Yo soy feliz, Yo estoy experimentando un creciente amor por mi mismo.
- Si te parece bien, al final puedes dar gracias porque tus decretos están actuando en tu vida. La gratitud y la Fé de que esto es así permiten acelerar armoniosamente la manifestación de tu decreto.
Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
- Yo soy una fuente de amor puro, me amo a mi mismo y doy gracias a la vida por amar y permitirme ser amado.
- Yo atraigo a mi vida todo aquello que me permite ser feliz y pleno.
- Yo soy merecedor de recibir lo mejor que la vida tiene para mí.
- Yo estoy permanentemente atrayendo a mi vida la abundancia, la felicidad y la plenitud que me corresponden y la comparto con todos aquellos seres que me rodean.
- Yo soy la presencia de la salud perfecta y el correcto funcionamiento de cada célula de mi cuerpo.
- Yo soy el responsable de mi propio destino.
- Yo soy uno con el universo y me permito fluir en armonía con lo divino.
Al decretar, hazlo desde tu conciencia y desde el amor, y ten la convicción de que todos los decretos son poderosos y serán cumplidos en su debida forma. El poder del decreto está en relación directa con el poder y fuerza de la convicción de aquello que declaras. Y le imprimes esa fuerza tanto al momento de decretar así como todo el tiempo posterior una vez haciéndolo. Al terminarlo debes vivir como si el decreto ya se hubiera cumplido.
Si decretas, pero no vives de acuerdo a tu decreto, estás volviendo a tu creencia de que eres un ser que carece de poder, incapaz de moldear su vida y que sólo esta a la espera de lo que le llega.
La Fé es el ingrediente secreto para que tus decretos se cristalicen. Esta Fé es el impulso que sigue alimentado a tu decreto hasta que toma forma, es el verdadero origen del poder creador de lo más divino que reside en tu interior.
En algunos casos hay creencias que tenemos más arraigadas y puede suceder que decretas “Yo soy salud en armonía” , pero de repente un síntoma de alguna enfermedad te hace sentir que eso es una mentira, y te dices a ti mismo, “no tiene caso, mi enfermedad es crónica”. No permitas que una situación así te desanime, cambia la forma de decretar, y por ejemplo di: “Yo estoy en camino de mejorar mi salud, mis células funcionan cada vez más en gran armonía y doy gracias por ello”. Y continúa repitiéndolo hasta que sea la nueva creencia, y así permites que todo se procese de la mejor manera de acuerdo a la sabiduría divina infinita.
Si sientes que no eres atractivo, y el decreto “Yo soy hermoso” no resuena en tu interior inicialmente, cambia la forma de decretar y una opción puede ser: “Cada vez me amo más, acepto mi cuerpo y eso lo proyecto a los demás”. Y así será, cuando menos te imagines estarás irradiando esa vibración a tu alrededor. Recuerda que aunque repitas mil veces un decreto, realmente sólo serán efectivos hasta que tu mente lo crea y broten desde tu corazón.
Otra sugerencia para darle otro tipo de fuerza a tus decretos, es estando en un lugar tranquilo y con tus ojos cerrados, comienzas a enfocarte en tu respiración. En este estado interior agradece por todo lo que ya tienes en algún área de tu vida y ahora decreta lo quieres manifestar en tu presente. Da gracias a la divinidad y pide que todo se procese en armonía y de manera perfecta. Ten la seguridad de que así es.
Ten presente el gran poder que tienes en tu verbo. Toma conciencia de cada palabra que emites y pregúntate de vez en cuando si aquello que expresas es lo que realmente deseas manifestar en tu vida. Puedes elegir emplear los dones que has recibido para construir concientemente la realidad más armoniosa para ti mismo y para los demás.
Vamos que podemos.
Todos juntos es fácil.
Unite a esta Campaña de Decretos Positivos
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